Dios se define a sí mismo diciendo que Él es el principio y el fin de todo, que existe hoy, que existía antes de la creación del universo y que existirá después de el, como se puede ver en Apocalipsis 1:8.
Adicionalmente dice de Él, que habita en un "lugar" alto y santo, pero también con el humilde y afligido, podemos decir entonces que habita "arriba" plenamente en la eternidad y de una manera “especial” aquí en su creación, según lo expresado en Isaías 57:15.
Por su parte los hombres bíblicos entendieron que antes la creación no existía, pero Él sí existía, que por lo tanto es Dios, desde antes de la creación hasta después de ella, como se puede deducir en el Salmo 90:2 y como fue expresado en 1 Crónicas 16:36, Nehemías 9:5 y Salmos 103:17, incluso nos dejaron por escrito que después de la creación habría un cielo nuevo y una tierra nueva, que es la promesa que Jesús nos hizo, lo que se puede asegurar según Apocalipsis 21:1.
Hoy, el poder y la grandeza de Dios se pueden deducir por medio de todo lo creado porque ¿quién podría sostener los planetas o las nubes en el aire?, ¿quién podría estar generando múltiples vidas en un mismo instante? (sabiendo que el hombre no puede darle vida ni a una sola hormiga, mucho menos a un ser humano) o ¿quién podría hacer funcionar los millones de microorganismos, que conviven e interactúan dentro de un ser humano, incluso dentro de una hormiga?. De esta manera (observando la creación) el hombre podría reconocer a Dios, pero razonando y creyendo que es sabio se volvió necio, porque no agradece a Dios sino a sí mismo, a objetos y a animales creados por Dios y esa actitud justamente lo ha llevado a su degradación mental y física, como lo explicara el apóstol Pablo en Romanos 1:18-25.
Aunque nuestro cuerpo es finito, tenemos un espíritu con eternidad, dado por Dios mismo, que nos permite ser eternos según Eclesiastés 3:11, entonces, un día todos, sin excepción alguna, pasaremos de esta creación finita a la eternidad infinita, unos para vida eterna y otros para condenación eterna, "lugares" separados por una "gran sima" entre sí, de los que no se podrá pasar del uno al otro, como quedó escenificado en la parábola del rico y Lázaro, dicha por Jesús en Lucas 16:19-31.
Dicho lo anterior, Dios (habitando en la eternidad) decidió crear el universo y en el creó al ser humano y le dio la cualidad de poder vivir (más adelante) en la eternidad con Él.
Un día Él pondrá fin al universo y el hombre pasará a la vida o a la condenación eterna, por ello, la existencia en la tierra es la oportunidad de aprender a vivir bajo los parámetros de Jesús, para poder entrar en la vida eterna que Él vino a prometernos.
Recomendación ABBA: Agradece a Dios con tus palabras, porque te dio la cualidad de ser eterno, porque a través de Jesús te mostró cómo debes ser para entrar a la vida eterna, pídele que te ayude a ser como Jesús.
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