Título: Jesús te perdona
Tema: El perdón
Introducción
El episodio de la mujer adúltera es la continuidad de una serie de persecuciones contra Jesús por parte de los líderes judíos, que se pueden evidenciar antes del pasaje en Jn. 5:16, Jn. 6:41-42 y en Jn. 7:32 y que incluso continuaron según Jn. 9:13-16, Jn. 10:31, 33, 39, Jn. 11:47-48, 53, 11:56-57 y Jn. 12:9-11. Este episodio nos deja valiosísimos aportes para nuestra vida, como los siguientes:
1. Para ser perdonado debo dejar de pecar
El caso de la mujer adúltera (que había sido sorprendida teniendo relaciones sexuales con alguien diferente a su prometido o a su esposo) hasta ese momento se regía por la ley de Moisés, mediante la cual debía ser apedreada (Lv. 20:10; Dt. 22:22-24), pero cuando llega a Jesús comienza a regirse por la ley de la gracia o del perdón por lo expresado por Jesús: Vete, y no peques más. En dicha ley ella debe arrepentirse (Hch. 17:30-31), es decir, no volver a hacerlo para ser perdonada y declarada inocente.
De igual manera pasa con nosotros, la forma de obtener el perdón o ser declarados inocentes (Ro. 8:1) es que no volvamos a practicar aquello que esté en contra de las normas de Dios, es decir, no volver a mentir, a odiar, a fornicar, a emborracharse, etc.
2. Necesito ser perdonado porque Jesús volverá ya como Juez
Pero ¿qué sentido tiene el no volver a pecar?, sencillo, Jesús regresará ya no como Mesías – Salvador (Jn.3:17; 5:45; 8:15; 12:47) sino como Juez (Mt. 24:29-31) y si no tenemos el fallo de inocencia no podremos ser arrebatados, tampoco podremos entrar al período milenial y al cielo, pues allí no podrá entrar nadie que mienta, odie, fornique, se emborrache, etc. Por ello decimos que este pasaje está escrito en lenguaje eterno.
3. No tengo derecho a juzgar
El caso de los escribas y fariseos también es nuestro caso según lo expresado por Jesús: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella, pues nosotros tampoco tenemos el permiso para juzgar a nadie porque para ello tendríamos que estar sin pecado alguno y eso lo cumple sólo Jesús, por eso Él podía expresar Ni yo te condeno y Él no tenía pecado y es Dios.
4. Jesús me perdona porque dejé de pecar y porque Él pagó mi condena
Tenemos que tener presente que no sólo se necesita ser perdonado y declarado inocente, sino que para ello alguien debía pagar por la infracción cometida, alguien pagó por la infracción de la mujer, para que no fuera apedreada y ese fue Jesús que fue condenado a la pena de muerte en la cruz, de igual manera el pagó nuestra condena (Ro. 8:34, Hch. 8:32-33, Is. 53:5-7), así la balanza de la justicia de Dios queda equilibrada.
5. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo porque somos débiles.
De igual manera tenemos que tener presente que solos no seremos capaces, necesitamos pedir la ayuda del Espíritu Santo porque somos débiles (Ro. 8:26).
Nota: La ley de Moisés, con sus fallos tan radicales, era para que se dieran cuenta de todo lo que estaban haciendo mal y temieran (Dt. 13:8-11) y para que fuera necesaria la venida de Jesús y con Él el período de la gracia (Ro. 5:20).
¿Qué hacer?
Ya sabemos que para ser perdonados por Jesús necesitamos dejar de cometer pecado, teniendo en cuenta que Él ya pagó por la infracción, ahora veamos cómo hacerlo:
1. Estudiar la Biblia. Necesitamos saber qué cosas son pecado (Heb. 4:12).
2. Pedir ayuda. Pedir perdón a Dios y fuerzas al Espíritu Santo para no volver a pecar (Ro. 8:26).
3. Dejar de pecar. No volver a infringir las normas de Dios (no mentir, a odiar, a fornicar, a emborracharse, etc.) (Stg. 1:22).
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