En la salud hay una gran diferencia entre prevenir y curar, lo primero cuesta menos y evita las consecuencias, lo segundo normalmente tiene un alto costo, entonces si viéramos por un instante el daño que nos causaríamos con nuestras decisiones prestaríamos atención a las siguientes preguntas:
¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?. Esta pregunta tiene un tesoro y es que lo que Dios aconseja es lo mejor para nosotros, pues Él lo sabe todo, lo ve todo, entonces si no lo aprovechamos nos haremos daño.
De otra forma es como si Él preguntara ¿te has embriagado sabiendo que te dije que no lo hicieras?. Aún así seguimos respondiendo como Adán: FUE POR (la tristeza, la soledad, por alegría) justificándonos sin imaginarnos que al final NO FUE POR... SINO PARA... hacernos daño.
En cuanto a la pregunta ¿Qué es lo que has hecho? es una amorosa invitación de Dios, para que reflexionemos si realmente lo que hemos hecho ha sido lo mejor, en contravía a lo que Él nos aconsejó.
En este caso la pregunta es como... ¿dimensionas lo que te causaste embriagándote?, ¡dañaste tu salud, dijiste lo que no querías, dañaste tu familia!, o quizá ¡causaste un accidente y perdiste tu libertad!. Y si fuera: ¿mentiste?, ¿fuiste infiel?, ¿te vengaste?, ¿fuiste orgulloso(a)?
En la Biblia hay consejos puntuales, otros ampliados en historias de vida y en grandes sucesos, estúdiala para evaluar el daño que te hayas causado o para prevenirlo, pídele perdón a Dios, que te ayude a seguir sus consejos y su Espíritu te ayudará.
José Daniel Dadiso
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